Lucy ha muerto. Ya no es, era. No tiene sida, tenía. Ahora es un cadáver, un bello cadáver. Tanto que el necrófilo del señor Juan se la ha agenciado mientras la ponía en su bonito ataúd, que es de ébano, oro y chasmir rojo. Lo ha pagado HUMOR, que ha invitado a todos sus amigos a un banquete. Crisitina ha dicho: "Sentimos que aún cuando todas las posibles cuestiones científicas hayan recibido respuesta, nuestros problemas vitales todavía no se han rozado en lo más mínimo. Por supuesto que entonces ya no queda pregunta alguna; y esto es precisamente la respuesta". Todos se la han quedado mirando y un chino le ha tirado una patata hervida, cosa que ha originado en una fenomenal batalla de comida que ha dejado a chinos, europeos y africanos llenos de salsa barbacue. Luego han ido desfilando, sudados, llenos de suciedad y oliendo mal hacia el cementerio, dónde las últimas palabras han sido:
"Qué bien follaba la jodida sidosa"
Luego entre todos han matado al señor Juan y han comido sus entrañas a la plancha, en un acto antropófago y vengativo. Esa es la belleza que nos deja Lucy, el odio, la desesperación, el miedo, el deseo, todo lo convertía en colores que conformaban un arco iris que nos hacia recordar que entre las nubes había algo, un astro Rey que nos sonríe. DEP
Hey ho para cuándo la continuación de la canción de John Spencer? ¡quiero saber el desenlace de su historia y el porvenir de su entrañable secta!
ResponderEliminarcomo molan las patatas hervidas y el olor a barbacue. =)
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