lunes, 22 de febrero de 2010

La canción de Neil

El tabaco sabe a aerosol. Bueno, más concretamente parece como si alguien hubiese solidificado un aerosol, hubiese chamuscado el resultado de la solidificación y, finalmente, hubiese introducido esa materia dentro de un cilindro de papel hueco. Cuando exhalas el humo te das cuenta de ello. Es un momento en que realmente admiras tu valentía. En una época en que la heroicidad ha muerto, ya que no hay nada por lo que heroizarse (cosa que lleva a heroinizarse, aunque eso lo dejaré para otro día), el tomar algo que no te da ningún provecho sólo por el placer de saber que estás arriesgando tu vida y la de los demás (no olvidemos que los mayores héroes, es decir, superhéroes como los 4 Fantásticos, necesitan cargarse media Nueva York cada vez que un rufián se pone a joder la marrana) es fruto de este recuerdo que conservamos en la memoria colectiva de los grandes héroes. En conclusión, el fumar no es una adicción demodé, sino una regresión involuntaria a tiempos mejores.

lunes, 15 de febrero de 2010

La canción de Diego

Me ha gustado mucho hoy el País. Primero porque Timothy Garton Ash escribía, y siempre da gusto leerle. Segundo, Banksy ha hecho una peli que se llama Exit through the gift shop, la ha presentado en el Festival de Berlín y a Carlos Boyero le ha gustado. Flípalo.
Por otro lado quiero dejar claro que odio con toda mi alma a la gente que te pide música de mala manera. Que no tienen más de 30 años y cuando pones los Stone Roses se atreven a decir, es que esta música nueva a mi no me va, y que los mataría. Sí, de forma violenta y lenta. Se jodan.
¡Ah! El link a la web del film.
http://www.banksyfilm.com/

P.D: Aún no se poner vídeos del Youtube. Soy una mierda.

jueves, 11 de febrero de 2010

La canción de Jacinto

En la calle hace frío. Pero Jacinto se ha dejado engañar por el sol radiante y ha salido con su tejana. "Brrr..., cagoenelfríomierda", dice apretando los dientes. Le quedan sus buenos veinte minutos de paseo hasta la tienda, así que decide aumentar el paso para no quedarse como un témpano en medio de la calle. Piensa en esa idea, congelado en medio de la calle. Al principio la gente pasaría a su lado sin inmutarse, pero en algún momento alguien se daría cuenta de que algo va mal y se arremolinarían a su lado sorprendidos primero, algunos buscarían cámaras, otros dirían "Llamen a una ambulancia" y muchos otros seguirían caminando, con su moderna indiferencia. Pero puede que la cosa fuese peor. Que todo el mundo pasara de largo y sólo los basureros con sus mangueras y luces, al ver que no se apartaba del chorro le descubriesen. O puede que ni eso, y le mojaran, quedando Jacinto cubierto de hielo hasta primavera, con la gente pasando a su lado pensando: "que estatua más fea a puesto el ayuntamiento". Él se descongelaría, y iría hacia la tienda. Habría tardado 20 minutos y tres meses.

miércoles, 10 de febrero de 2010

La canción del chaval

El chaval se levanta pronto por la mañana. No es que tenga ganas de levantarse pronto, pero algunas ideas flotan por su mente y cual grúas le elevan a una verticalidad peligrosa. Tiene resaca y camina a trompicones por la habitación. Tira un quinto de cerveza, suerte que está vacío. Entra en el lavabo. Se mira. No ve mucho, no lleva las gafas. Las ha olvidado encima del brazo del sofá que le hace de cama. Entra en la ducha. Mierda, se ha olvidado de sacarse la camiseta. Se saca su camiseta de Morrissey, la tira encima del váter. Tiene ganas de mear. ¿Mear en la ducha o salir al váter? Demasiado tarde, ya está meando. Coge el teléfono y con el chorro de agua envía la orina hacia un agujero. Antes decía abujero, ya no, ahora es universitario y habla correctamente. El agua está caliente, se moja el pelo, que huele a humo y, el cuerpo, que desprende una fragancia aginebrada que no le resulta desagradable. Cuando sale de la ducha es una persona nueva. Pero la novedad le dura poco y vuelve a sentirse cansado y resacoso. Se cepilla los dientes y al escupir deja un escupitajo mezcla de verde licor del polo y sangre. Toma agua y vuelve a escupir, ya no hay sino unas pocas trazas de licor del polo y bastante sangre. Sale del baño con su albornoz y se pone lo primero que encuentra. Unos pantalones, que, mierda, están rotos por abajo. Le da igual, ya se pondrá una camisa larga. Las camisas largas huelen a tabaco. Las va oliendo una a una durante un buen rato y se queda con la que sólo huele a tabaco. Se pone las bambas y coge la parca. Gafas de sol, 10 euros en el bolsillo, un paquete medio vacio, y una sonrisa en su cara. "Hoy va a ser otro gran día" se dice a si mismo, mientras su subconciente grita: "¡CAFEÍNA!"

lunes, 8 de febrero de 2010

La canción de Thyssen

Ayer me tomé unos cuantos gintonics y esta mañana he ido a jugar a pin pon. O pingpong, o pin-pom. Tenis mesa. Me han ganado, pero yo quería jugar después de desayunar y ha llovido. Mierda de lluvia. Hoy no entrenarán los chavales sino que tendrán que tragarse hora y media de densa teoría. Soy malvado. Mi casa parece una mezcla entre oficina abandonada y cueva de yonkis. Pero bueno, esta noche la recojo. Mañana por la mañana iré a algo guay. No sé. Amaneceré pronto y visitaré algun lugar interesante y tal, un lugar cuyas características le hagan sobresalir de entre otros lugares, un lugar cuya visita implique un cambio en tu vida...

Suena Northside y su temazo "Shall we take a trip?"

http://www.youtube.com/watch?v=9AShsOgwCG0

jueves, 4 de febrero de 2010

La canción de Bob

¡Qué delicia oler napalm por la mañana!

Me encanta bajar del coche y lanzar una bomba incendiaria. Herir a personas y dañar la propiedad puedo asegurar que no es mi objetivo. Tan sólo es ese olor. Me recuerda a mis dias en Vietnam. Como ardían eso jodidos charlies. Cabrones. Nos dieron una patada en el culo y nos marchamos sangrando por detrás. Pero aunque murieron muchos de los nuestros, lo repetiría. Ese olor, la selva desapareciendo entre las llamas, la carne chamuscada, los gritos, todo lo echo de menos. Por eso de vez en cuando, antes de ir a la oficina, me bajo del coche en este maldito suburbio infestado de charlies y les dejo un regalito. No tengo nada en contra de ellos, es simple y pura nostalgia de días mejores.

miércoles, 3 de febrero de 2010

La canción de Carlos

Recojo mis cosas de la biblio, compruebo que lleve todo en la mochila (periódico, sí, kerbo, sí, tomasín, sí), me meto la mano en el bolsillo de la parka, saco el paquete, vacío, tenía una leve esperanza de que se hubiese llenado de forma milagrosa, pero hoy no es mi día de suerte. Bajo por el ascensor. Abro la puerte, está oscuro y hace frío, me dirijo hacia la estación de FGC. Camino tranquilo, silbo Drácula Yeyé, pasa a mi lado un chica mona, la sigo con mi mirada. Cuando abro los ojos veo que no estoy llendo hacia la estación. Otro puto portal dimensional se ha abierto delante de mi. Mierda, sé que no puedo hacer nada, siempre que se abren me absorven y aparezco en una realidad alternativa hasta que de alguna manera vuelvo a mi realidad después de pasar algun tipo de aventura. Espero no volver a la realidad en que el mundo está gobernado por los monigotes de cartón de actores que habían en los Blockbusters. Realmente era un mundo de mierda, allí la humanidad entera esclavizada por Angelinas Jolies y Johny Deeps de dos dimensiones. Estaban haciendo construir una especie de techo transparente alrededor del globo, que se oscurecía por la noche para que las estrellas del cielo no eclipsasen a las estrellas de la Tierra. Bueno, realmente es una chorrada, pero que esperar de unos seres que tienen el cerebro de celulosa. ¡Pam! ¡Pof! ¡Scraf! Ya estoy en la realidad alternativa. Miro a mi alrededor, me tranquiliza levemente ver que sigo estando en la UAB y todo está igual. Me giro para ver si sigue la chica allí y sí, está. Pero ya no es una chica, sino que es un soldado napoleónico. Mierda...Bueno, voy a andar por aquí a ver que depara esta realidad...

martes, 2 de febrero de 2010

La canción de Martín

Martín no come ensalda
tiene gota y no puede caminar.
Por eso el médico le recomienda
dejar de comer el menú del Bar.
Pero que rico está
con su entrecot al vino
la cerveza y el güisquito
y mucha más variedad.

Cántale las cuarenta Martín,
cántaselas a tu mujer
que al facultativo te envió
para tu buena vida abandonar.

No es cuestión de todo dejar,
aunque inmóvil tu estés
ya que disfrutar de una res
es algo fenomal.
Se un hombre fuerte Martín,
sigue yéndome al Bar
que sin ti no podré pagar
la cervezas de botellín.

Cántale las cuarenta Martín,
cántaselas a tu mujer
que al facultativo te envió
para tu buena vida abandonar.

lunes, 1 de febrero de 2010

La canción de Ada

Hoy he visto a unos mossos detener a un pavo en la UAB.
Flípalo.
Viva el Gran Hermano.