miércoles, 3 de febrero de 2010

La canción de Carlos

Recojo mis cosas de la biblio, compruebo que lleve todo en la mochila (periódico, sí, kerbo, sí, tomasín, sí), me meto la mano en el bolsillo de la parka, saco el paquete, vacío, tenía una leve esperanza de que se hubiese llenado de forma milagrosa, pero hoy no es mi día de suerte. Bajo por el ascensor. Abro la puerte, está oscuro y hace frío, me dirijo hacia la estación de FGC. Camino tranquilo, silbo Drácula Yeyé, pasa a mi lado un chica mona, la sigo con mi mirada. Cuando abro los ojos veo que no estoy llendo hacia la estación. Otro puto portal dimensional se ha abierto delante de mi. Mierda, sé que no puedo hacer nada, siempre que se abren me absorven y aparezco en una realidad alternativa hasta que de alguna manera vuelvo a mi realidad después de pasar algun tipo de aventura. Espero no volver a la realidad en que el mundo está gobernado por los monigotes de cartón de actores que habían en los Blockbusters. Realmente era un mundo de mierda, allí la humanidad entera esclavizada por Angelinas Jolies y Johny Deeps de dos dimensiones. Estaban haciendo construir una especie de techo transparente alrededor del globo, que se oscurecía por la noche para que las estrellas del cielo no eclipsasen a las estrellas de la Tierra. Bueno, realmente es una chorrada, pero que esperar de unos seres que tienen el cerebro de celulosa. ¡Pam! ¡Pof! ¡Scraf! Ya estoy en la realidad alternativa. Miro a mi alrededor, me tranquiliza levemente ver que sigo estando en la UAB y todo está igual. Me giro para ver si sigue la chica allí y sí, está. Pero ya no es una chica, sino que es un soldado napoleónico. Mierda...Bueno, voy a andar por aquí a ver que depara esta realidad...

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