jueves, 4 de febrero de 2010

La canción de Bob

¡Qué delicia oler napalm por la mañana!

Me encanta bajar del coche y lanzar una bomba incendiaria. Herir a personas y dañar la propiedad puedo asegurar que no es mi objetivo. Tan sólo es ese olor. Me recuerda a mis dias en Vietnam. Como ardían eso jodidos charlies. Cabrones. Nos dieron una patada en el culo y nos marchamos sangrando por detrás. Pero aunque murieron muchos de los nuestros, lo repetiría. Ese olor, la selva desapareciendo entre las llamas, la carne chamuscada, los gritos, todo lo echo de menos. Por eso de vez en cuando, antes de ir a la oficina, me bajo del coche en este maldito suburbio infestado de charlies y les dejo un regalito. No tengo nada en contra de ellos, es simple y pura nostalgia de días mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario