miércoles, 24 de marzo de 2010

La canción de l'Oratori de Sant Felip Neri

Salto de alegría ya que tengo dos seguidores en el blog, kerzu pone comentarios ingeniosos sobre equidnas en mi blog y, sé que es el Baker Plan. <---MOMENTO DE AUTOFELACIÓN

No tengo mucho más que decir. Pero bueno. Ahora que me he puesto, no dejaré de explicar una interesante historia que me ocurrió ayer:

Estaba yo, se ve, en uno de mis días en que me convierto en un imán para loquillos varios. Sí, tengo esta propiedad psicofísica que se caracteriza por el intento de chalados de todo tipo de entablar algún tipo de contacto conmigo. El primero fue un viejo en el tren que empezó a comentarme que todo lo que dicen los periódicos es mentira. Yo, que soy chaval educado en mis formas y maneras, le di la razón. Entonces el hombre, no contento con mi respuesta, me mostró el ejemplar de diario que estaba leyendo (un 20 minutos, también conocido como insulto intelectual gratuito para la purria que va a trabajar en transporte público) y a comentarme una noticia. Yo, que soy chaval educado en mis formas y maneras, le escuché atentamente. Creo que mi docilidad le resultó aburrida y se puso a molestar a una chica con rasgos indígenas. Luego, caminando hacia mi casa, cerca de la plaza de la Virreina (también conocida como depósito municipal de borrachos, punkis e intelectuales catalanistas de pseudoizquierda que trabajan para algún medio público de la Administración Autonómica) , me abordó un tipo pidiéndome 50 céntimos para llamar. Mi boca quería decir "No pienso colaborar en tu próximo pico de jaco drogadizo ateo y decadente", pero por suerte, o desgracia, me limité a realizar una serie de movimientos (no espasmódicos, no fuese cosa que creyese el sujeto que tenía alguna substancia de esas que tanto le gustan) para indicar que no tenía dinero. Su mirada, llena de odio y rencor, me impactó, pero no tanto como el último ser con el que me topé en mi, ya pseudoaccidentado, regreso al núcleo familiar. ¿Qué pasó? Se preguntará el lector; pues lo siguiente: camino, yo, mirando todo lo que se me cruza y justo en una calle miré hacia una ventana, de una planta baja. Allí, a nivel de calle, vi una cara demacrada por la más profunda chaladura que, para mi sorpresa, fijó sus ojos en mi y lentamente fue siguiendome con la mirada y, lo más preocupante del tema, con un movimiento claro de cabeza. ¡Qué miedo pasé! Me puse a correr, gritando una canción de los simpsons y, al ver la manera como me observaban el resto de los transeuntes, caí de rodillas y clamé a Dios "¡Soy uno de ellos!".

3 comentarios:

  1. It's agent Kerzu again24 de marzo de 2010, 13:33

    Entrañables yonkis, hay que saber valorarlos. El día que no estén, notarás un gran vacío dentro de tu ser. Y escozor. Por tanto, mejor dar lo que piden, que al fin y al cabo no es mucho, y a cambio dan 3 deseos. Más un deseo extra si eres judío. Pero ese es otro tema. ¡Mein Führer, I can walk!

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=A9ihKq34Ozc

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  3. Pss...ya te vale Periquín. Seguro que el pobre y desamparado abuelillo del metro sólo quería alguien con quien hablar.

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